Tanto la creación de una prenda de vestir como la elección de textiles nos ofrecen un mundo de posibilidades. Por eso, hay que elegir el tejido adecuado desde el momento en que estamos pensando en el diseño y el estilo. Si queremos tener las ideas claras, estos 4 consejos serán de mucha utilidad para encontrar la que más se adapten a nuestras necesidades.
1. Hacer un inventario de los textiles que nos gustan
Ciertamente, existen muchos tipos de textiles para la confección de una prenda, de modo que hay que reducir nuestras opciones. Podemos comenzar por elegir los textiles que más nos gustan y realizar un poco de investigación para saber lo que está de moda y cuáles son las más utilizadas dependiendo del tipo de ropa a confeccionar.
2. Conocer las dificultades al coser cada tipo de tela
Una vez hecha la selección de textiles es el momento de evaluar las posibles dificultades de uso. Por ejemplo, hay telas que son visualmente espectaculares, pero tienen una textura tan suave que son difíciles de cortar y coser. Este es el caso de las telas sintéticas con acabado sedoso, en las que se requiere de cierta experiencia para cortarlas y sacar patrones.
Las telas lisas, por el contrario, son fáciles de manipular, pero no tanto si vienen estampadas. De igual modo, textiles como el terciopelo pueden presentar dificultades para coser, ya que al hacer el diseño debemos tomar en cuenta el sentido del pelo, el cual cambia de color.
3. Una tela para cada tipo de confección
Este principio es básico: no se puede elegir el mismo textil para una chaqueta que para una blusa. Tener presente este punto nos permitirá hacer una buena elección final. A modo de guía, las siguientes recomendaciones pueden ayudar:
- Alta costura: las telas como el crepé, seda, rayón y el terciopelo lucen elegantes.
- Ropa de bebé, camisas, calcetines y ropa de cama: el algodón es la primera opción al ser una tela con características hipoalergénicas.
- Ropa de trabajo y deportiva: requieren de textiles muy resistentes y duraderos como el rayón o la mezclilla.
- Ropa semi formal, para la oficina y para el frío: telas como la lana, la gabardina, el tweed y la pana son buena elección porque tienen mucho cuerpo y son cómodas.
- Vestidos y blusas de día: el lino, lanas delgadas y la seda combinada con otras fibras sintéticas resaltan mucho.
4. Revisar la calidad del textil
Si bien, cada tela tiene sus propias características es importante revisar que sean de buena calidad. Esto lo podemos verificar revisando la transparencia y elasticidad de la prenda. Es decir, que recupere su forma rápidamente y que sea lo suficientemente gruesa (considerando el tipo de tela). También hay que revisar qué tan fácil se arruga, sin olvidar que hay materiales que tienen esa característica.
Hay muchos tipos de textiles en el mercado y para elegir bien hay que empezar por familiarizarse con las ventajas y desventajas de su uso. De esta manera, tendremos prendas resistentes y durables, según el tipo de actividades que se vayan a realizar con ellas.
