Escoger telas puede ser una tarea difícil, considerando la variedad de materiales que existen en la industria. Acá contamos más sobre cómo escoger y diferenciar los tipos de tela.
1. Qué queremos hacer
Lo primero que debemos definir es qué prenda vamos a hacer. No queremos utilizar la misma tela para hacer un vestido, una polera o un pantalón, o algún textil como manteles, cortinas o tapizar un sofá.
Teniendo esto en consideración, tenemos que elegir telas que vayan acorde con la función de la ropa, puesto que, si bien buscamos que todas sean resistente y durables, algunas requieren de otras cualidades, por ejemplo, mayor grosor, suavidad o ligereza.
2. Buscar tiendas especializadas
Al ir a tiendas que manejan distintos tipos de telas nos aseguramos de que, al menos, nos atenderán con conocimiento. Gracias a esto nos podrán guiar en el proceso de compra. Además, es probable que tengan una alta gama de productos, por lo que podremos acceder a distintos precios y calidades.
3. Utilicemos nuestros sentidos
Partamos viendo la tela, ¿se ve de buena o mala calidad? ¿usaría algo con esos patrones o colores? ¿cumplirá las funciones que tenía pensadas? Aprovechar la vista puede ser útil si no tenemos oportunidad de tocar la tela.
Ahora bien, si podemos tocarla hay que hacerlo. Al entrar en contacto con su textura podremos notar si tiene algún fallo, como irregularidades o costuras salidas, que podrían no percibirse fácilmente y dañar el resultado final de nuestras prendas.
Por otro lado, sostener la tela también resulta eficaz en este proceso. Al sentir su peso podemos verificar si es de buena calidad, ya que cuando la tela pesa, considerando las características del material, quiere decir que fue hecha con más hilos.
4. Cuál es su origen
En muchas ocasiones esto no puede corroborar a simple vista. Para esto, será necesario preguntar en la tienda cuál es la composición de la tela o de qué materiales está hecha.
Si es fibra natural, como algodón o seda, los cuidados serán mayores; de no hacerlo su durabilidad puede disminuir. Ahora bien, si la fibra es sintética, como el poliéster, suele tener mayor duración, no se deforma, se puede combinar con otras telas y absorbe menos humedad.
5. Comparar
Si nos quedan dudas sobre la calidad de una tela, o no nos convence su textura, podemos llevar una muestra y compararla con otros materiales. Es importante conocer cómo debe ser cada una y para qué se pueden utilizar, lo que nos permitirá hacer una mejor elección. Como característica general, podemos reconocer los tipos de telas de la siguiente manera:
Quemar un hilo: la lana se quema lentamente y produce un sonido agudo; el algodón lo hace rápido y suelta ceniza; la seda también se quema lento, pero deja olor a quemado; el rayó arde rápido y libera un aroma a papel quemado.
Arrugas: hay prendas que se arrugan más fácil. Por ejemplo, el algodón se mantiene liso por más tiempo en comparación del lino. Lo podemos comprobar dejando un dedo por 5 minutos sobre cada una de las telas.
Elasticidad: los tejidos sintéticos tienen más elasticidad que los naturales. Al estirar una prenda de tejido natural la sentiremos más rígida.
Ahora que sabemos cómo escoger nuestros tipos de telas podemos comenzar a trabajar en nuestros proyectos e incluso poner a prueba nuevas ideas.
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