6 consejos para cuidar los uniformes médicos

Una parte esencial de nuestra imagen como trabajadores de la salud, es el cuidado de los uniformes médicos. Estos deben estar en buenas condiciones, mantenerse siempre limpios y conservar su blancura para transmitir confianza y profesionalismo. Para extender su vida útil, hay una serie de consejos que debemos seguir.

6 consejos para el cuidado de los uniformes médicos

1. Adquirir telas de alta calidad

El primer paso para que nuestro uniforme dure por más tiempo es adquirir telas de buena calidad, ya que su desgaste tiende a ser menor en cada lavada. El poliéster viscosa es una buena opción por su resistencia a las arrugas, facilidad de limpieza y de secado rápido, además de soportar varias lavadas. El algodón, al ser una fibra natural, también es una excelente alternativa: no acumula gérmenes, es de gran durabilidad y es transpirable.

2. Usar el uniforme sólo en el área de trabajo

Es común que, por falta de tiempo para cambiarnos, terminemos utilizando el uniforme fuera del área de trabajo. Esto provoca que esté expuesto a microorganismos transmisibles a los pacientes o entre trabajadores, aumente el riesgo de tener rasgaduras y aparezcan manchas de comida o grasa, que transmiten una mal imagen profesional. 

Lo mejor es ponernos y quitarnos el uniforme dentro del lugar de trabajo, y, de ser posible, lavarlo ahí mismo para evitar el contacto con factores de riesgo y conservarlo en buen estado por más tiempo. 

3. Leer las etiquetas de lavado

Los fabricantes de los uniformes médicos serán nuestros aliados en su cuidado. En la etiqueta encontraremos recomendaciones como el tipo de lavado (a mano, máquina o en seco), los productos que debemos utilizar, la temperatura ideal del agua y la forma de secado. 

4. Limitar el uso de blanqueadores

Para que nuestros uniformes mantengan su blancura y evitar el desgaste de las telas, es importante que sólo utilicemos blanqueadores cuando tengamos manchas difíciles de quitar. Una recomendación es usar productos a base de oxígeno, ya que, con el tiempo, los de cloro tienden a dejar un color amarillento y son agresivos con las telas. Aunque siempre se deben seguir las indicaciones de los fabricantes con respecto al uso de blanqueadores.

5. Detergente suave y agua tibia

Para evitar el desgaste prematuro de nuestro uniforme, es importante que el detergente que utilicemos tampoco sea agresivo y apliquemos sólo la cantidad necesaria. En caso de tener manchas muy persistentes podremos intentar removerlas con un cepillo de cerdas suaves. 

6. Lavado profesional

Si no contamos con el tiempo suficiente para dedicarnos al cuidado de nuestras prendas, la mejor opción es llevarlas a la lavandería. Existen lugares especializados en el lavado de uniformes médicos que se encargarán de darles los cuidados necesarios y entregar una higiene óptima para las actividades.

Sin duda, la mejor manera para cuidar los uniformes médicos es utilizarlos sólo en el área de trabajo, seguir las instrucciones de lavado y hacer uso de productos suaves, pero eficaces, para la remoción de agentes contaminantes sin dañar las telas.